Footsy nace.
El verano de Ámsterdam: gente encantadora, buena comida, pero CALOR A RAUDALES en tu piso sin aire acondicionado. Oh, qué veranos tuve que soportar.
Hasta el punto de que me hice mi propio pediluvio. Simplemente, con cosas de la ferretería. Uno que imitaba el río de Turquía.
Mucho espacio para mis pies, no el plástico duro que se ve mucho en otros pediluvios, unas cuantas piedras dentro para el efecto masaje y a disfrutar.
No se veía muy bien, por supuesto, pero hizo su trabajo, ¡y bien también!
Tan bueno que ahora quiero transmitir este sentimiento en un producto bueno y hermoso; Footsy.